Nuestro Tununguá es una población del Occidente digna de mostrar, especialmente por su riqueza natural, por el olor y el sabor de la guayaba y por sus cultivos frutícolas; por el dulce sabor de sus cítricos. Tununguá es un paraíso por su tranquilidad, su vida apacible, por el cantar de las aves desde las seis de la mañana hasta el anochecer, por su clima: son días explendorosos, en la mañana los días son frescos y en las tardes calurosos; en las noches la mayoría de las veces llueve y con la lluvia se concilia el sueño; por la belleza de sus paisajes verdes, por el agua fresca y natural; por la belleza de sus gentes jóvenes; por el trabajo del campesino; por sus quebradas y ríos que ofrecen paisajes grandiosos y espectaculares; porque se observa en el lecho de sus ríos la desnudez de la tierra: su manto; por la fertilidad de sus suelos; por sus frutos carnosos, frescos y saludables; por el colorido de sus árboles; por la abundancia de sus guaduales; por la forma sensual de sus montañas que se divisan desde su cabecera; por la fortaleza de sus gentes; por la alegría de sus niños y jóvenes; porque se practica el deporte por gusto; porque su gente se ve felíz; porque tiene líderes campesinos, líderes religiosos, líderes políticos, líderes educativos...... Por eso me gusta mi Tununguá. ....que viva Tununguá carajo.........
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